Cada día se aprende algo nuevo.
Platicando con una de esas criminolocas:
Ella: O como el panteonero loco que vimos en clase de (no sé cuál), que tuvo sexo con (no sé cuántos) cadáveres.
Yo: Oh.
Ella: De hecho cuando lo agarraron estaba teniendo sexo anal con un cuerpo en una piedrota. Aparte les clavaba cuchillos y cosas.
Yo: ¿Y qué crimen se supone que hizo? ¿Violación? ¿A un muerto?
Ella: No, daños a la moral y a la propiedad del estado.
Yo: ¿PROPIEDAD DE QUÉ?
Ella: Se supone que cuando te mueres, tu cuerpo pasa a ser propiedad del estado.
Yo: ¿PERO POR QUÉ? ¡O sea que ni mi propio cuerpo es mío o qué carajos!
Ella: Pues no sé, eso es lo que nos dijo el maestro.
Yo: Jo, cada día se aprende algo nuevo.
Ella: O como el panteonero loco que vimos en clase de (no sé cuál), que tuvo sexo con (no sé cuántos) cadáveres.
Yo: Oh.
Ella: De hecho cuando lo agarraron estaba teniendo sexo anal con un cuerpo en una piedrota. Aparte les clavaba cuchillos y cosas.
Yo: ¿Y qué crimen se supone que hizo? ¿Violación? ¿A un muerto?
Ella: No, daños a la moral y a la propiedad del estado.
Yo: ¿PROPIEDAD DE QUÉ?
Ella: Se supone que cuando te mueres, tu cuerpo pasa a ser propiedad del estado.
Yo: ¿PERO POR QUÉ? ¡O sea que ni mi propio cuerpo es mío o qué carajos!
Ella: Pues no sé, eso es lo que nos dijo el maestro.
Yo: Jo, cada día se aprende algo nuevo.
Etiquetas: changos, enseñanzas de vida
3 Comments:
Ah caray, mejor que me incineren. Pensé que, como uno le paga al municipio por su rinconcito en el panteón, el cuerpo le pertenecería a la familia.
Chale, pinches abogados idiotas.
si si si es mejor que nos incineren.
no vaya a ser que llegue un violador y ni para que.
mm... quizás es porque pasamos a ser fertilizantes y enverdecer nuestro soberano territorio nacional.
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